Día 19 de Noviembre
Partimos de Heiban dirección Talodi y gracias a la información de Ali, jefe de policía de Heiban, hombre sencillo y discreto, pensamos que quizá encontremos a los Nuba Masakín.
Las luchas y los conflictos tribales en Sudán del Sur no son algo nuevo.
Durante nuestra estancia en el país, en la década de los setenta eran habituales, especialmente las que se producían entre la tribu Dinca y la Nuer.
Arriga Tia era nuestro mejor amigo Nuba Masakín.
Destacaba en la tribu por su inteligencia, elegancia y sentido del humor. Siempre estaba dispuesto a echarnos una mano en lo que hiciera falta.
El Unimog pequeño, que así lo llamábamos por ser el de cabina de 2 plazas y chásis corto, era el camión que conducía mi madre.
Los Nuba Masakin son presumidos y les gusta adornar su cuerpo con cinturones, collares, pulseras, pendientes y otros abalorios. Fabrican piezas de gran belleza engarzando cuidadosamente pequeñas cuentas de llamativos colores.
Los permisos que nos concedían para entrar en la zona Sur del país eran expedidos únicamente para la realización de documentales sobre la fauna africana, descartando el poder realizar cualquier fotografía de las tribus.
Después de pasar un buen verano en Asturias, Madrid y Barcelona visitando al resto de la familia, regresamos al continente africano
Mientras estuvimos en Africa, mis padres jamás desatendieron mi educación, aunque no pudiera asistir diariamente a un colegio, como lo hacían la mayoría de los niños de mi edad en España.