El motivo principal de emprender semejante aventura fue la necesidad imperiosa de conocer el continente Africano: sus tierras y sus gentes ( algo que desde mi infancia siempre me inquietó ) podía leer libros, experimentar con la imaginación, transportarme a otros continentes y civilizaciones, pero era solo una forma de consolar mis deseos de viajar físicamente a esos lugares y convivir con sus gentes.
Sudán ha soportado varias décadas la terrible desgracia de un país seccionado en dos mitades aparentemente irreconciliables: una árabe, fundamentalista islámica y la otra, de raza negra, animista y cristiana. Esta división ideológica conducirá inevitablemente a una guerra de veinte años interrumpida por el golpe de estado del presidente Numeri al que sigue un corto periodo de paz de apenas diez años (1972 a 1983), coincidiendo con nuestro viaje por esas tierras y abortado con otro golpe de estado en 1983, continuando sin tregua hasta nuestros días. Este verano se ratificaba el acuerdo de segregación del país.
Nuba experience os transportará a un mundo desaparecido e irrecuperable que nos remonta a nuestros propios ancestros.
El África romántica no existe, se ha convertido en escenario de guerras y hambrunas, en un inmenso parque de atracciones con pequeñas zonas donde se conserva una precaria naturaleza y una cultura embotellada al gusto del turista...
Sudán (República de Sudán), es un país de África, situado al noreste del continente y el mayor en superficie (2.505.810 km2, unas cinco veces España aproximadamente), siendo el Estado africano que comparte fronteras con un mayor número de países (nueve). Limita con Egipto al norte, el mar Rojo al noreste, Eritrea y Etiopía al este, Kenia y Uganda al sureste, la República del Congo y la República Centroafricana al sudoeste, Chad al oeste y con Libia al noroeste. Su capital es Jartum.
Los niños Nuba fabricaban sus propios juguetes con caña de mijo y cortezas de árbol...no hay otro modo de conseguirlos por esas latitudes. Nada se compra, nada se vende...todo se da.
Embarcamos en el puerto de Barcelona en un buque turco: Antonio, Iván, Rafael, Ahmed, Margarita, Phillip, Jannet, Thorton (el perro) y yo misma, junto con los dos camiones Mercedes Unimogs, su remolque y una moto, destino Egipto. Llegamos después de una larga travesía de 3 días al puerto de Alejandría, donde desembarcamos los camiones, encontrándonos con este problema: nuestros carnets de pasaje no estaban en orden, por lo que no nos permitían sacar los camiones de la zona de aduanas.