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Asturias Mundial

Bitácora
17 de Abril 1976
Por fin en tierra sudanesa!!!!!!


 

Guadihalfa es un pueblo desolador. Hace once o doce años, antes de que se construyera la presa de Asuán y se inundara, era un maravilloso lugar bañado por las aguas del Nilo.

El gobierno sudanés, creó un nuevo Guadihalfa a cientos de Kilómetros del viejo. La mayor parte de los habitantes, abandonaron apenados sus tierras y hogares pero muchos otros se negaron, no concebían la idea de alejarse de la tierra que heredaron de sus antepasados. La reacción del gobierno ante tal rebeldía fue dura y los dejó absolutamente incomunicados.

La zona se inundó para crear la presa y se transformó en un pueblo rodeado de desierto con un pantano. Toda la vegetación y cultivos desaparecieron. Durante dos años, los rebeldes se encontraron desprotegidos y sin ninguna ayuda del exterior.
Se reunieron todos, hicieron un fondo común y compraron dos camiones para poder sobrevivir: dos veces por semana recibían verduras, grano, frutas y medicamentos de Dongola. 
Esta ciudad se encuentra a unos 500 kilómetros. Para llegar hasta allí tenían que recorrer con éstos vehículos unas pistas desérticas infernales. Así, subsistieron durante dos años.

Cuando hubo un cambio de gobierno, la suerte mejoró. Se construyó el ferrocarril con final de trayecto en Guadihalfa, también dos vapores que cruzaban el lago nubio.


Con un guía que nos agenciamos, salimos de allí dirección sur el 19 de Abril a las 10 de la mañana.

La arena del desierto es pálida, con unas masas rocosas de color negro. Atravesar este paisaje es duro, penoso, la máxima velocidad que se puede conseguir es de unos 10 a 15 km. por hora, el calor es abrumador, perdemos la paciencia. Al cabo de unos 40 km. cambia, la arena es mas dura y se pueden apreciar pequeños árboles aislados, las colinas son menos agrestes, mas onduladas, el colorido es suave, malva.

 

 

Finalmente nos adentrarnos en un terreno rocoso, gris y negro, cortado por un cielo celeste, no hay sombras ni vegetación. Tenemos la impresión de encontrarnos en el fin del mundo... y así continuamos la marcha, un interminable subir y bajar hasta que por fin!... Cuando ya crees que estás perdido, aparece una maravillosa visión a lo lejos, un pueblo blanco al borde del caudaloso Nilo: Akasha

Llegamos a las 10 de la mañana del día 21 de Abril.

Acampamos bajo la sombra de unas palmeras a poca distancia del pueblo. Al borde del río, desplegamos las esteras, instalamos la cocina, inflamos la barca de goma, montamos el pequeño motor fuera borda y bajamos la moto... todo dispuesto para disfrutar de un merecido descanso.

 



Decidimos lanzar la barca al agua, y sin pensarlo dos veces, nos dirigimos hacia una pequeña isla que se encuentra en el centro del río para bañarnos, evitando las miradas curiosas de los habitantes del pueblo. Nadamos, chapoteamos, buceamos... estamos felices.

Al cabo de un rato, decidimos dar un paseo por el río y cual sería nuestra sorpresa cuando divisamos a unos 20 metros los ojos brillantes de unos cocodrilos: nos habíamos estado bañando alegremente sin darnos cuenta del peligro que nos acechaba.

Una noche, mientras cenábamos bajo las palmeras cerca del campamento, comenzó a levantarse una brisa, la brisa se convirtió en viento.
Ya acostados sobre las esteras, Iván, que está junto a mí tiene una araña que le sube por su pecho hacia el cuello... grito asustada y Sami, a la velocidad del rayo, le pega un manotazo y se la saca de encima. Miramos alrededor de nosotros con las linternas y los quinqués... Horror! estamos invadidos de arañas que por el vendaval caían de las palmeras. Rápidamente nos metemos todos en los camiones para poder pasar la noche.

Durante estos tres días acampados en Akasha aprendimos tres lecciones:

1ª nunca acampar bajo los árboles por el peligro de arañas y serpientes.

2ª estar muy atentos cuando nos bañemos en los ríos, por los cocodrilos y

3ª tener siempre una toalla cerca cuando te bañas y secarte rápidamente, la evaporación que se produce es muy fuerte y la temperatura del cuerpo baja demasiado rápido, pudiendo fácilmente caer enfermos con fiebre.

Salimos de Akasha el día 23 de Abril a las 5 de la tarde. Dormimos esa noche sobre los camiones y llegamos a Wawa el 25 a las 4 de la tarde. Descansamos en un Rest House

Dejamos Wawa el día 28 a las 4 de la madrugada llegando a Abrí a las 1 de la tarde. Allí nos quedamos hasta el día 31.
Tenemos que reparar de nuevo el remolque, el 31 salimos a las 9 de la mañana.

De Abrí a Argo, tres días de marcha rápida. Noche en Archan, siguiente noche en kerma (Casa de los profesores) y llegada al mercado de Argo donde fuimos acogidos en casa de Feisal Abas el Malik el 4 de Mayo.


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