Los termiteros en Sudán son gigantescos y están por todas partes. Parece imposible que las hormigas puedan hacer construcciones tan complejas.
Justo antes de las tormentas, a las termitas les crecen alas y salen del termitero a miles. Es entonces, cuando con unos recipientes de calabaza con agua, los nativos las arrrastran al interior y al entrar en contacto sus alas con el líquido, quedan atrapadas.
Al día siguiente, cuando están muertas, las ponen en una hoja de teka y se tuestan al sol durante horas. El resultado es un suculento manjar rico en acido fórmico y su sabor recuerda al de los frutos secos...