Las primeras imágenes fotográficas de los Nuba las realizó George Rodger y datan de 1949 ( 27 años antes de nuestra llegada a Sudán ).
Africa, por esas latitudes, a principios de siglo era practicamente inexplorable por varios motivos: no existían vehículos con capacidad para desplazarse por esos terrenos, ni combustible para repostar y en segundo lugar, estaba el problema de la Malaria, enfermedad transmitida por el mosquito Anofeles, que hacía practicamente imposible llegar vivo a las montañas Nuba.
George Rodger nació en Hale, Reino Unido, en 1908. Desde niño fue independiente, silencioso, discreto y aventurero. A los 17 años su padre lo sacó de la escuela por su mala conducta y lo mandó a trabajar a una granja.
Aburrido, a los pocos meses decidió tomar un barco carguero rumbo al Medio Oriente.
A partir de entonces no dejó de viajar.
Aunque comenzó a tomar fotografías a los 15 años, su sueño era convertirse en escritor. Toda su vida registró sus andanzas en un diario. Cuando cumplió 21, Rodger decidió buscar suerte en los Estados Unidos, pero 1929 no era precisamente un buen año para encontrar empleo, aún así, sobrevivió a la Gran Depresión trabajando en diversas fábricas y granjas.
En 1935 regresa a Inglaterra derrotado moralmente y sin dinero.
Casualmente leyó un anuncio en el Daily Telegraph de la BBC que le cambiaría la vida: requerían un fotógrafo. Con una carpeta en la que presentaba 6 fotos, Rodger obtuvo el trabajo. Así comenzó una nueva etapa de aventuras y anécdotas, pero también de dolorosas tragedias personales que fueron moldeando su carácter y su obra. Rodger trabajó dos años para la BBC, los cuales le permitieron afianzar sus conocimientos técnicos para después renunciar y buscar una agencia de prensa que lo representara. Para entonces tenía muy claro que quería ser fotorreportero. Procuró hacerse con una cámara Leica y una Rolleiflex para entrar de lleno en su profesión. Comenzó a publicar en numerosas revistas y desde un principio escribió los textos que acompañaban sus imágenes.
Rodger era un fotógrafo que contaba historias.
En 1940 cuando los alemanes bombardearon Londres, la revista Life lo invitó a colaborar con ellos. A partir de ese año y dado el éxito de sus reportajes, Life lo envió como corresponsal a África durante dos semanas.
Las dos semanas se convirtieron en dos años, de esta manera, Rodger pudo aprovechar su vasta experiencia como superviviente y comenzó a realizar sus mejores trabajos. Poco a poco fue conociendo a varios de los grandes fotorreporteros de la época y entabló amistad con ellos ( Robert Capa, Hans Wild y Bill Vandivert )
Muchas de sus fotografías se convirtieron rápidamente en iconos; entre ellas se encuentran las que tomó en el campo de concentración de Bergen-Belsen (1945), pocos días después de la liberación de Alemania. Durante la Segunda Guerra Mundial, Rodger fue corresponsal de Life en 61 países.
Su meta, decía, era la de fotografiar a personas comunes en situaciones extraordinarias con una dosis de humor.
Fue África el lugar que más le apasionó y al que regresó más de 15 veces para hacer reportajes sobre diferentes tribus. George Rodger murió en Smarden (Kent) en 1995, dejando un legado de fotografías de valor incalculable para la historia del siglo XX.