El Unimog pequeño, que así lo llamábamos por ser el de cabina de 2 plazas y chásis corto, era el camión que conducía mi madre.
El nombre de Unimog procede de una variedad de camiones multipropósito con tracción a las cuatro ruedas producido por Mercedes-Benz. Su nombre es un acrónimo que proviene del alemán Universal Motor Gerät (dispositivo motorizado de aplicaciones universales).
Este prototipo es una de las pocas leyendas vivas del mundo del automóvil.
El Unimog se lo debemos a Henry Morgenthau, quién en 1944 se propuso transformar la Alemania de posguerra en un estado agrario. La situación no era buena, pues la gran mayoría de las industrias estaban destruidas o desmanteladas y con limitaciones para la construcción de vehículos y maquinarias.
Posee tracción permanente en las cuatro ruedas, que lo hace versátil para ser conducido tanto en carreteras como en campos agrícolas, usando otros tantos diferenciales independientes, cada uno para controlar la tracción individual en las llantas, lleva tomas de fuerza delantera y trasera para mover aparatos, una pequeña bañera para la carga y está dotado con ejes especiales para trabajar en terrenos escarpados. Una suspensión de gran flexibilidad y la gran altitud del chásis, son las grandes características de este modelo.
Fue vital para el éxito de nuestra expedición, el llevar 2 vehículos de estas características, ya que con uno solo no lo hubiéramos logrado. Cuando el camión grande se quedaba atascado por su gran tonelaje, era el pequeño el que ayudaba a salir del barro, bien empujando o con su cabrestante.