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Aventura
La caja metálica
Enterrando el material cinematográfico


 

Los permisos que nos concedían para entrar en la zona Sur del país eran expedidos únicamente para la realización de documentales sobre la fauna africana, descartando el poder realizar cualquier fotografía de las tribus.

Los árabes del Norte de Sudán intentaban islamizar las tribus animistas y cristianas del Sur, de manera que el gobierno no premitía que captáramos imágenes de hombres, mujeres y niños, ya que su modo de vida y costumbres ( especialmente su desnudez ) lo consideraban "indigno y vergonzoso".

Nos vimos obligados a escondernos de las autoridades para poder filmar o fotografiarles, pero a veces, era inevitable ser descubiertos, como nos ocurrió en el poblado Nuba de Fungor.

Un día que estábamos filmando peleas con brazalete, se presentó la policía y nos informan que lo que estamos haciendo es ilegal y que tenemos que acompañarles a Kadugli y presentarnos ante la Jefatura de Policía.
De camino, mi padre mete un disco nuevo en el tacógrafo.

Cuando estaba a 40 km. de Kadugli, simula una avería con el unimog y comienza a desmontar un disco de freno del camión.
Les ofrece un trago de coñac, que acaba en una botella entera... y mientras los policías dormían la mona, debido a la borrachera y el tremendo calor, aprovecha para meter todas las bobinas de 16mm y 35mm en una caja metálica y enterrarla a un metro bajo tierra, a 30 pasos al Sur del camino .

En cuanto se despertaron proseguimos ruta.
Al llegar a kadugli, somos arrestados en casa del jefe de policía Aburrafas Bedredin.

Estuvimos 15 días detenidos, pero todo lo que pudieron confiscar fueron películas de animales que habíamos filmado en Dinder Park.
La resolución del arresto fue expulsarnos de Sudán. Se acordó que fuera a Kenia, con un permiso que sólo nos autorizaba cruzar el país hasta Kapoeta (frontera Sudán - kenia)

Al salir de Kadugli llegamos a Burram, desde allí papa y Arriga Atia ( nuestro buen amigo Nuba ) emprenden la búsqueda de la caja enterrada.
Cuando llegan con el Unimog al punto donde indicaba el tacógrafo, caminan los 30 pasos hacia el Sur.
No encuetran la maleta metálica, están desorientados.
Es entonces cuando Arriga Atia se tumba y comienza a mirar a su alrededor, a ras de suelo, para poder percibir la leve depresión que se produce en el terreno cuando se entierra un peso. Según Arriga, siempre había visto este efecto en las tumbas de los muertos enterrados de su tribu .

De esta manera encontraron la caja, la sacamos del país por Kenia y pudimos conservar todo el material cinematográfico del viaje.


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