La muerte para un Nuba es una experiencia más de la vida plena de significado, la llave de un enigma.
¿ y cómo mueren ? igual que tú y que yo.
La muerte nos une a todos, es una especie de rasero universal, sin prejuicios de raza, credo u origen...
El nuba cuando envejece o enferma gravemente tiene resignación y claro entendimiento del proceso vital,
su cuerpo, la parte matérica, espera pacientemente el desenlace inevitable.
La idea primordial que anima la filosofía de estas tribus reside en la firme creencia en una nueva materialización del espíritu, una vez cruzado el umbral de la muerte.
El ritual que practican ratifica esta creencia, ya que el Nuba difunto no camina solo hacia su última morada. Sus familiares más cercanos depositan junto a él comida, armas y sus objetos más queridos para que le acompañen en ese largo viaje...
Contrariamente a lo que ocurre en otras culturas, la muerte de un Nuba representa una fiesta para la comunidad en vida.
Durante el funeral varias vacas del difunto y otras tantas cabezas donadas por amigos o familiares son sacrificadas para celebrar un gran festín.
Este hecho (en apariencia frívolo y desprovisto de sentido) obedece a una razón profunda: para un Nuba, la muerte es fuente de regocijo ya que la enfocan como una liberación de este mundo al que el hombre permanece encadenado.
Las tumbas se excavan en terrenos próximos al poblado y se cubren con tierra y una especie de ánforas esféricas de barro.
La espiral de sus vidas, de nuestras vidas, no es más que esta conciencia de intercambio, intercambio con la vida, intercambio con la muerte.
Durante nuestra estancia con estas gentes, la madre de Hassan ( un buen amigo) falleció.
Mamá intentó curarla con inyecciones y pastillas, pero nada se pudo hacer porque tenía un cancer de estómago.
Esta muerte estableció un gran lazo de amistad entre Hassan y mi madre.