En la parte trasera del Unimog grande, mi padre llevaba una Montesa Cota 247-T de trial.

Este modelo era ideal para realizar desplazamientos locales de corta distancia cuando decidíamos establecernos en algún lugar.

Entonces manteníamos los camiones parados ( que servían de apoyo al campamento ) y utilizábamos la moto.

Tras los éxitos de Bultaco, la marca española Montesa afrontó el diseño y creación de una nueva moto de trial, que lanza en 1969, y que sería la Cota 247, basada en un modelo experimental, probado en competición en los años anteriores y denominada 250 Trial.

Entre sus características más llamativas están sus grandes tambores y su chasis blanco.

En los siguientes años la Cota 247 introduce algunos cambios en su diseño (en el mismo año 1969 y posteriormente en 1971), como la reducción de los tambores de freno, además de algunos ajustes que potenciaban su característica competitividad.

En 1972, con la Mk.IV, se cambia el color del chasis, además de reforzarlo, se modifica la posición del cambio de marchas, ahora a la derecha y se dota al conjunto de un nuevo depósito y asiento. La 247-T (la de nuestras fotografías) se comercializa, con distintos cambios, hasta 1977.

El modelo se mantendrá hasta 1980, cuando fue fabricada la última (ya como un modelo biplaza).

Mi padre usaba esta moto para ir a cazar o visitar lugares alrededor de la zona del campamento base y hacer fotografias de zonas mas apartadas.

El camión grande pesaba unas 14 toneladas y no era ágil ni cómodo para estos cortos trayectos y en muchas ocasiones la Montesa nos fué muy útil para solucionar graves problemas que precisaban desplazarse distancias que a pié no hubiéramos podido resolver.

A los nativos les maravillaba un artefacto tan llamativo, ruidoso y versátil que podía subir por laderas escarpadas y terrenos abruptos.

Nuestros amigos Nubas solían montarse pero nunca se atrevieron a desplazarse con ella.