La tribu de los Nuba de Niaru es lo más cercano que encontramos en nuestro viaje a una utopía. Estas gentes han llegado conscientemente a establecer un Matriarcado Comunal como forma de sociedad en la que las relaciones humanas se suceden pausada y positivamente.

A nuestra llegada a ese lugar, todo apuntaba hacia un Patriarcado más, con leyes ventajosas para los varones, la sociedad que nos encontramos tenía esta apariencia...sin embargo descubrimos que es la mujer la que mantiene el poder aunque de una manera oculta y totalmente velada a nuestros ojos extranjeros.

Puesto que estas gentes son sabios conocedores de la naturaleza humana, con sus defectos y virtudes,son las mujeres las que permiten que sea el varón el que realice los consejos para discutir ciertos temas, que si bien son de gran interés para el poblado, no afectan a los aspectos básicos de supervivencia de la estirpe ni a su equilibrio natural.

Es la mujer la que decide aparearse y no al revés,  las leyes también les permiten elegir libremente el varón de otra si esto es bueno para la conservación y mejora de la especie, de forma que un guerrero Nuba puede tener varias mujeres pero no porque él las haya elegido.

Las mujeres distribuyen la riqueza básica de la comunidad: agua, mijo y ganado.

Todas las familias reciben la misma cantidad de grano proporcional a su número y necesidades y las jóvenes recorren dos veces diariamente más de 6 km. para transportar unos 20kg. de agua en sus cabezas y así asegurar la supervivencia de sus gentes.

También tienen a su cargo cuestiones delicadas y sagradas como el desfloramiento de las jóvenes o hacer las veces de sacerdotisas en los matrimonios.

Podría decirse que para estas gentes la esencia de la vida del varón está orientada al culto femenino, siendo la danza de apareamiento de la luna de Abril el rito que mejor lo expresa.