Una de los ritos que pudimos observar con gran interés durante nuestra convivencia con los Nubas y que suponía un riesgo grande para aquel que lo practicaba era la costumbre de realizar unas pequeñas incisiones o estigmas en la piel.

El resultado de estas prácticas era de una belleza plástica impresionante que fortalecía sus cuerpos y ponía a prueba su resistencia al dolor.

No todo Nuba sobrevive a este ritual.

La técnica consiste en realizar pequeños cortes con una cuchilla metálica y aplicar ceniza para cauterizar las heridas, de este modo la cicatriz engruesa o abulta para formar líneas y puntos que conforman un didujo geométrico en la piel.

Una infección grave debida a estos cortes puede ser letal, provocando fiebres altísimas y un dolor insoportable...todo este proceso de dolor y cicatrización de las heridas es parte del ritual iniciático.

Deducíamos que la razón de estas costumbres no solo es estética, también es de selección natural de la raza ya que solo el fuerte sobrevive.

Los dibujos aplicados en la piel varían según la tribu o la zona de Africa.

La imagen de portada es de un guerrero de la tribu Murelé y las restantes de los Nubas de Burrám y Kao-Nyaro.